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Aportes asociativos a la política

22 de julio del 2015


La Nueva Mayoría está prohibiendo a los ciudadanos asociarse para aportar a campañas y partidos políticos. Pero este es un derecho ciudadano inalienable. Tiene dos fundamentos: primero, la donación asociativa es más expresiva que la atomizada, pues crea un nuevo mensaje, que el respaldo es más numeroso e intenso. Segundo, la donación asociativa ayuda a contrarrestar la tendencia de cada uno de quienes simpatizan con un candidato a restarse y dejar que los demás financien. Si muchos ceden a eso, la candidatura se cae.

Es más, los ciudadanos tienen derecho a la donación asociativa por medio de organizaciones existentes. Crear nuevas organizaciones para recaudar en cada nueva elección tiene un alto costo, que impediría la expresión política de muchos sectores. Este es el derecho que ejerce la izquierda británica desde 1900, cuando pidió a sindicatos que ya existían financiar al naciente Partido Laborista, aunque esa donación no estuviera en sus estatutos. Los ciudadanos tenemos derecho a donar por medio de nuestras sociedades, con o sin fines de lucro, si estimamos son un medio idóneo.

Si bien las personas jurídicas no votan, sus miembros sí lo hacen. En el Reino Unido, solo en el primer trimestre de 2015 los partidos políticos recibieron en conjunto aportes de 428 empresas por 6,3 millones de libras, y de 240 sindicatos por 5,9 millones de libras, entre otras fuentes. ¿La Nueva Mayoría da lecciones de democracia al Reino Unido y al otro 70% de las democracias europeas que autorizan donaciones de personas jurídicas?

Las personas jurídicas tampoco gozan de la cultura, del deporte o de la superación de la pobreza, y sin embargo donan a esas actividades -las contraprestaciones como reportar algún beneficio en pro del objetivo de la sociedad están prohibidas- incluso en secreto, acreditando que sus miembros las valoran. Claro, conviene que la ley regule algunas consecuencias, como las que siguen, y respetar las restricciones que los miembros se hayan dado al constituir la organización.

Toda donación asociativa puede ser contraria a las preferencias de una minoría de miembros de la organización. Por eso la ley debe proteger a esa minoría. Por ejemplo, el Reino Unido da la opción de pedir un reembolso proporcional, y obliga a que existan acuerdos previos de la asamblea de miembros que hayan fijado el máximo a donar, para cada clase de fines. En el caso de los aportes políticos, la ley también debería establecer topes al aporte, que sean proporcionales a la membresía extranjera en el directorio.
Conviene dar ventajas fiscales a la donación política legal con el fin de reducir la ilegal. Si una organización detecta una donación ilegal extraída por un subalterno, sus autoridades deberían demandar a quienes resulten responsables, y tomar medidas preventivas.

La ley también debería imponer filtros que bloqueen el acceso a la vía legal de las donaciones políticas extorsionadas (¿quién resiste al emisario de un candidato cuya intención de voto es 60%?) y de las donaciones corruptas (aquellas que buscan comprar políticas públicas). También debería controlar a los recaudadores, que siempre existirán. En nuestra propuesta anticorrupción identificamos nuevas protecciones capaces de lograr esos fines.

Prohibir los aportes asociativos significa restringir a los ciudadanos a asociarse únicamente por medio de partidos formales. Eso abre enormes peligros, conocidos en países hermanos y en parte de nuestra historia: sujetar la libre expresión de las minorías a las cargas excesivas que una mayoría circunstancial abusiva impone sobre los partidos formales, justamente con el fin de amordazar a esas minorías. Si el sindicato de inspectores del Servel pasa a estar controlado por uno de los partidos, ¿habrá libertad política para los demás partidos?

La nueva prohibición en marcha no se funda en principios ni evidencia. El efecto buscado es dar una ventaja injusta para reelegirse a todos los actuales parlamentarios. Los ciudadanos que aspiran a reemplazar a los malos parlamentarios deben asociarse desde ya para donar sumas serias en las elecciones de 2016 y 2017.

http://www.elmercurio.com/blogs/2015/07/21/33669/Aportes-asociativos-a-la-politica.aspxLa

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Salvador Valdés

Ing. Civil UC. Ph.D. en Economía MIT.
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