1. Iniciokeyboard_arrow_right
  2. En los medioskeyboard_arrow_right
  3. ¿Cuesta abajo?

¿Cuesta abajo?

17 de mayo del 2016


¿Se fue Chile a las pailas? Ni el más pesimista podría asegurarlo. ¿Hay señales de que arriesga hacerlo? Ni el más optimista podría negarlo. Durante 25 años la renacida democracia chilena evitó la emocionalidad. Consensos y acuerdos para resolver las inmensas necesidades de un Chile pobre mantuvieron a raya viscerales sentimientos. La razón se impuso a la emoción, los argumentos técnicos permearon la dura piel de los políticos. El país evitó la improvisación y el revanchismo. La fórmula fue exitosa. Las masas fueron seducidas por logros económicos y sociales, el pueblo eligió cinco gobiernos atípicos para la región del realismo mágico y, por supuesto, la democracia se extendió ampliamente. De hecho, lo hizo tanto que ella misma parece estar poniendo a prueba sus logros. Es que la emocionalidad de las masas es una inmensa fuente de incertidumbre. El punto no es nuevo. Eric Hoffer, en su clásico The True Believer, lo analizó hace más de seis décadas (y Platón hace más de 2.000 años). Según el filósofo social, la pobreza y opresión no activan a las masas, sino los lentos procesos de recuperación. Por eso estas emergen cuando lo peor ya pasó, pero el futuro no es mucho mejor (créditos a Tocqueville y Andrew Sullivan). Y en tal engranaje, los "creyentes de verdad", líderes de fanática fe dispuestos a sacrificar su vida por una causa sagrada y que ofrecen cambios radicales en pos de un futuro optimista y extravagante, son piezas clave. Ellos lucran con la inclinación natural del humano por convencerse de lo imposible (¿desarrollo sin crecimiento?). He ahí el primer paso camino al carajo. Pero las similitudes del Chile actual con las alertas de Hoffer no son suficientes para decir que el país se fue a las pailas. Es cierto que la escasez de liderazgo y la inclinación por hacer las cosas al lote multiplican los riesgos, pero la hiperdemocracia emocional que se ha tomado el debate público y los medios no ha penetrado (aún) el ADN de las masas. Además, es verdad que las élites han sido golpeadas, pero todavía existe conciencia de que ellas ayudan a la democracia a cuidarse de ella misma. Y sí, existen muchos cómplices pasivos entre los técnicos, pero a estas alturas su silencio es por vergüenza, no resignación. Sin embargo, obviar las similitudes sería un error. Porque los movimientos de masas tienden a ser reemplazados por otros más exuberantes, y los creyentes de verdad por otros más radicales. Ni más ni menos que en los EE.UU., Donald Trump, un "creyente" por antonomasia, aprovechó exitosamente el descontento social y los medios para transformar a Homero Simpson en el votante medio. Solo imaginar el impacto de la escuela del magnate en Chile pone los pelos de punta. ¿Cómo seducir al Ricardo Canitrot o Che Copete que llevan las masas dentro?, se deben estar preguntando sus aplicados estudiantes de izquierda y derecha. Si dan con la respuesta, se acaba la incertidumbre: Chile se habrá ido a las pailas.
Información

editMedio de publicación

Prensa Escrita

faceTipo de contenido

Columna

publicColaboración con Instituciones Internacionales

Universidad de Maryland
imagen de card

Sergio Urzúa

Ing. Comercial U. de Chile. Ph.D. en Economía U. de Chicago (EE.UU.). Associate Professor University of Maryland.

publicInstituciones Internacionales

Universidad de Maryland
searchVer más de este autor
Clapes UC | Centro Latinoamericano de Políticas Económicas y Sociales
Clapes UC
Avenida Libertador Bernardo O'Higgins 440, Piso 13. Santiago de Chile
phone +56 (02) 2354 2224