Desaceleración: las trabajadoras pierden

La magra cifra de crecimiento en mayo de apenas 0,8% anual da cuenta de la debilidad de la economía chilena y que los “brotes verdes” de los que algunos hablaron hasta hace muy poco, no fueron más que una ilusión momentánea. Esta cifra es extraordinariamente mala si consideramos que el año 2014 fue de drástica desaceleración y, por ende, la base de comparación es muy baja. Sin embargo, sus consecuencias no afectan a todos por igual: el impacto negativo en el empleo está siendo soportado fundamentalmente por las mujeres. Los datos recientemente revelados por el INE para el trimestre móvil marzo-mayo 2015 mostraron que la tasa de desempleo aumentó de 6,8% a 7,8% en el último año, mientras que en el caso de los hombres esta disminuyó en el mismo período de 5,9% a 5,7%. Esto está en línea con lo reportado por la Encuesta de Ocupación y Desocupación de la Universidad de Chile, que en marzo mostró un aumento de la tasa de desempleo femenina en el Gran Santiago de 7% a 8% en el último año. Estos datos muestran que las que están cargando con el peso del deterioro laboral son las mujeres, quienes están siendo despedidas y en muchos casos reemplazadas por hombres. En efecto, la encuesta del INE muestra que el sector donde más se han perdido puestos de trabajo de mujeres en el último año es el comercio, con una destrucción de 33.172 empleos. Sin embargo, este mismo sector ¡ha creado 30.190 puestos para hombres en ese mismo lapso! Esto da cuenta de que existe un cambio de composición de género en un grado muy importante a favor del hombre y en contra de la mujer. El crecimiento económico sostenido de los años previos no solo logró crear muchos empleos, sino reducir las inequidades laborales, permitiendo que la tasa de desempleo femenino llegase a ser bastante similar a la masculina. En efecto, mientras en el trimestre enero-marzo 2010 la tasa de desempleo de las mujeres superaba en tres puntos la de los hombres, hacia mediados de 2013 esta brecha se había reducido a menos de un punto, llegando a un mínimo de 0,3 puntos en el trimestre mayo-julio de 2014. Lamentablemente, esta tendencia se ha revertido rápidamente y hoy esta brecha es de 2,1 puntos. ¿Cómo está ligado el crecimiento con las inequidades de género? El crecimiento económico elevado y sostenido genera un ambiente donde los trabajadores escasean, aumentando su poder negociador, lo que permite reducir las brechas de los grupos más postergados. En el caso de la mujer, dado que la legislación establece permisos y otros beneficios que el hombre no tiene (replicando una lógica cultural de ausencia de corresponsabilidad en el cuidado de los hijos), esto encarece artificialmente contratarlas, lo que las deja en una situación de vulnerabilidad ante sus colegas masculinos. Así, cuando empeora la situación económica y las oportunidades ya no abundan, vemos que lamentablemente los ajustes en las decisiones de contratación se hacen a través de los trabajadores que le resultan a priori más “costosos” al empleador, en este caso, las mujeres. Si bien la solución a las inequidades de género en materia laboral depende en definitiva de que en nuestra sociedad se construyan los cambios culturales necesarios y se legisle acorde a ello, estos avances son lentos. Sin embargo, mientras ocurre ese proceso social, el crecimiento económico elevado y sostenido al menos permite atenuar estas desigualdades en forma importante, pero lamentablemente este elemento ya no está presente en nuestra economía y las trabajadoras lo están sintiendo en carne propia. http://www.pulso.cl/noticia/opinion/2015/07/4-66737-9-desaceleracion-las-trabajadoras-pierden.shtml