Más allá del 1,5%

La semana pasada el FMI publicó su reporte semestral llamado “Perspectivas de la economía mundial”. El informe anticipa un crecimiento del PIB mundial de 3,2% para 2016, bastante menor al 3,6% proyectado en octubre de 2015. Pero no se detiene ahí, sino que destaca que no solo disminuyó su estimación promedio -el 3,2% antes mencionado-, sino que aumentaron pronunciadamente los riesgos a la baja (pág. 23 del informe). El pronóstico mundial es poco auspicioso, pero la economía chilena pareciera tener un futuro menos favorable aún. Causó revuelo que el FMI pronosticara un crecimiento de 1,5% para nuestra economía para el presente año, aunque el pronóstico para 2017 -2,1%- es bien impresionante también. De las diez economías grandes de Sudamérica, seis crecerían más que Chile el próximo año y solo superaríamos a los tres países que decrecerían: Brasil, Ecuador y Venezuela. Las buenas noticias no llegaron para el corto plazo, pero tampoco para el largo. En abril de 2013 el FMI esperaba que a cinco años plazo Chile estuviera creciendo a tasas del 4,6% anual, en abril 2014 la proyección de mediano plazo bajó a 4,5%, en abril 2015 fue de solo 3,9% y ahora llegó a 3,4%. El informe no solo reporta proyecciones, también entrega recomendaciones. Al leerlo llama la atención la preocupación del FMI y de los países desarrollados por el debilitamiento del crecimiento de mediano plazo y las reformas que están dispuestos a llevar a cabo para aumentarlo. En Chile pareciéramos estar muy preocupados por el 1,5% de crecimiento de 2016, pero seguimos pensando que cuando pase el ciclo negativo volveremos a ser un país dinámico y pujante. Puede que sí, pero puede que no, basta mirar la experiencia de algunos países desarrollados o el título del informe del FMI: “Too slow for too long”. El ministro Valdés no quedó conforme con las proyecciones, incluso las tildó de “salchichas”. Sin embargo, hace seis meses, cuando los pronósticos del FMI eran superiores a los del mercado, no los tildó de embutidos. Las proyecciones son estimaciones que se van actualizando todos los días, es cierto, pero un dato de Imacec puntualmente bueno, como el de febrero, no cambia el hecho innegable de que a mediano plazo el panorama se ve cada vez más deprimente y eso es lo más preocupante.