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Propuesta responsable ante un veto irresponsable

24 de junio del 2016


El 29 de diciembre de 2014 el gobierno ingresó un proyecto de ley de reforma laboral centrado exclusivamente en fortalecer los sindicatos. Este proyecto olvidó por completo los desafíos actuales del mercado laboral, como la inclusión de mujeres y jóvenes vulnerables, y el deterioro de las cifras de empleo de calidad en los últimos dos años; desconoció por completo los desafíos de futuro que nos presenta la economía digital, y no propuso nada en un tema tan central como la capacitación. Qué mejor frase para resumir el trámite de esta reforma laboral por parte del Gobierno que la del filósofo Epicteto de Frigia (55-135): "Tú eres el motivo de casi todo lo que te sucede". Frente al evidente fracaso de su reforma laboral, el Gobierno presentó un veto sin ley corta que aplauden con entusiasmo solo la CUT, el Partido Comunista y algunos sectores del socialismo. Esta acción del Gobierno es gravemente irresponsable. De prosperar, causará perjuicios mayores para nuestros trabajadores y deteriorará la frágil paz social que tenemos hoy en Chile. Podemos responsablemente decir que este veto es irresponsable al eliminar materias como la adaptabilidad de jornadas y horas extraordinarias. Con él, muchos trabajadores no podrán acordar jornadas de trabajo más cómodas y productivas. Uno se pregunta, ¿cómo se puede estar dispuesto a perjudicar a tantos trabajadores y al país con este veto? Parece la revancha de un fallo constitucional adverso. El Gobierno desechó una ley corta para darles un marco de reglas razonables a los grupos negociadores no contemplados en el proyecto inicial. No olvidemos que el Ejecutivo pretendía eliminar los grupos negociadores a través del concepto de titularidad sindical rechazado por el Tribunal Constitucional. Es irresponsable dejar a grupos negociadores razonables fuera de un marco legal; o dejar a grupos negociadores más extremos en la ley de la selva. Es en este último concepto que se enmarcan las irresponsables declaraciones de la ministra del Trabajo de que ahora "va a haber mucha judicialización de lo que se puede hacer o no hacer". Es irresponsable también desconocer el gran incremento de las cifras de conflictividad laboral durante 2015, cuando el 97% de los trabajadores en huelga estuvo en un paro ilegal, un incremento de 18% respecto de 2014, la cifra de paros ilegales más alta desde la vuelta a la democracia. Proponemos que se retire el veto a las materias de adaptabilidad de jornadas y horas extraordinarias para evitar un perjuicio innecesario a los trabajadores chilenos. También proponemos que se ingrese una ley corta para darles un marco legal de negociación a los grupos negociadores. Respecto de este marco legal recomendamos considerar el convenio 135 de la OIT (ratificado por Chile el 13 de septiembre de 1999) que legitima a los grupos negociadores, y en su artículo 5 llama en particular a fomentar la colaboración en todo asunto pertinente entre los representantes electos de estos grupos negociadores y los sindicatos. El espíritu debería ser impedir que se debiliten los grupos negociadores o los sindicatos por vacíos legales que quedarán con esta irresponsable ausencia de ley corta. En base a lo anterior, proponemos que los grupos negociadores tengan los mismos derechos para negociar que los sindicatos de una empresa cuando realicen una actividad distinta a la del sindicato (esta ley olvida que muchos sindicatos en grandes y medianas empresas representan una sola actividad de la empresa). Y en caso de que existan sindicatos y grupos negociadores para una misma actividad dentro de la empresa, si el grupo negociador representa menos del 30% de total de los trabajadores del sindicato, proponemos que no pueda negociar pactos de adaptabilidad. Finalmente, respecto de la extensión de beneficios, proponemos que si el grupo negociador representa más del 20% de los trabajadores del sindicato de la misma actividad, sean los propios trabajadores no sindicalizados o no pertenecientes al grupo negociador quienes decidan acogerse a los beneficios pactados. Lo que debemos evitar a toda costa es sacrificar a los trabajadores chilenos y a las relaciones laborales en aras de la ideología y del despecho frente a un fallo adverso.
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Laboral
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Felipe Larraín

Doctor en Economía. Universidad de Harvard (EE.UU.). Ingeniero Comercial UC. Exministro de Hacienda. Profesor Titular Facultad de Ciencias Económicas y Administrativas UC.

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