Sr. Gerente... Pte.

Cordial saludo, Sr(a). Subgerente de Selección y Desarrollo de Carrera, BancoEstado. Soy un economista que busca nuevos desafíos laborales y me dirijo a Ud. para ofrecerle mis servicios profesionales. Comienzo esta carta de presentación felicitando al banco. Su política de negociación con el sindicato de trabajadores me ha dejado gratamente sorprendido. Es poco común encontrar empresas dispuestas a destinar más del 50% de sus utilidades (primer semestre) al pago de bonos de término de conflicto, sobre todo cuando sus resultados operacionales están por debajo de los de la competencia y en momentos en que el país se está ajustando el cinturón. Qué Apple o Google, ¡eso sí que es innovar! Y fue precisamente mi admiración por su revolucionaria administración lo que me animó a escribirle. Sería un honor (y alivio) ser parte de tal impresionante cruzada. Me pongo a su completa disposición. Anticipo que le estarán llegando miles de cartas como la mía. La gente es impaciente y no entiende que el experimento del banco es una antesala de lo que será la situación una vez aprobada la reforma laboral que con tanta fuerza ha empujado el Gobierno. Pero le pido por favor tenga en consideración mi caso. Llevo años compitiendo en mi profesión y nunca me ha llegado ni un solo bono por término de conflicto. Sería un orgullo recibir el primero, ojalá de muchos, de lo que hasta hace poco era "El Banco del Estado de Chile". Y para demostrar mi real interés de unirme al negocio, aprovecho la oportunidad para sugerirle tres políticas que pueden ser muy bien recibidas por los trabajadores. Todas apuntan a fomentar la confianza y evitar los conflictos con el sindicato. En primer lugar, nuestro banco debe dar una fuerte señal al mercado, agregando a la decena de bonos ya existentes el "bono gratuidad" dirigido a pagar la educación superior de todos los hijos de sus trabajadores. Claro, esto reducirá aun más sus utilidades y competitividad, pero qué le hace el agua al pez. Segundo, el banco debe ser un reflejo de la realidad nacional, por lo que debe revisar su política de vacaciones. Y acá no es necesario re-inventar la rueda. Las vacaciones de todo trabajador deberían autorizarse ante, por ejemplo, la presentación de pasajes aéreos para atender un evento deportivo internacional. ¡Cómo oponerse al deporte! Total nadie es imprescindible, ¿no? Y tercero, el banco debería fomentar la contratación de familiares. "Nepotismo" dirán algunos, pero se equivocan: no hay mejor forma de promover la confianza que teniendo, por ejemplo, a madre/padre e hija/o trabajando bajo el mismo techo. ¡Obvio! Para muchos, estas ideas serían estrafalarias, pero no para BancoEstado. Con gusto discutiré sus detalles. Para ello no dude en contactarme. Esperando una cordial acogida y reiterando mi interés por ser parte de tal sublime captura, perdón, aventura, me despido atentamente. Columna publicada en El Mercurio.