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Vino: ¿Lo guardo o lo tomo?

25 de septiembre del 2021


Vino: ¿Lo guardo o lo tomo?

Vino: ¿Lo guardo o lo tomo?

Hace veinte años dos economistas norteamericanos, Benjamin Burton y Joyce Jacobsen, proclamaron que el vino era para tomárselo, pero no para invertir en él. ¿Fue acertada la recomendación de estos investigadores? Partamos por lo básico: el mercado global del vino superó los 300 mil millones de dólares el año 2020, es decir, es comparable con el PIB de Chile. Los vinos aptos para inversión, es decir, vinos que si se almacenan por al menos cinco años tienen una probabilidad razonable de apreciarse, son un grupo mucho más pequeño, aproximadamente US$ 5 mil millones por año. Y este segmento selecto, conocido como categoría de inversión (investment grade), la misma designación empleada en el mercado de renta fija, está dominado por los Bordeaux que constituyen más del 80%.

El mercado del vino alcanzó un cierto grado de madurez solo en el año 2000 con el establecimiento del London International Vintners Exchange (Liv-ex), una plataforma online que permite transar distintos tipos de vinos usando contratos estandarizados. Al año siguiente, Liv-ex introdujo una familia de índices cubriendo distintos mercados (Bordeaux, Burgundy, vinos italianos y californianos, etc.) lo que dio un nuevo ímpetu al mercado secundario.

¿Cómo se puede invertir en vino? En principio, hay dos maneras. La más cómoda es a través de fondos de inversión especializados, lo que ofrece la ventaja de evitar los costos de bodegaje, ya que el vino debe guardarse en lugares donde se controla la temperatura y humedad. En general, los retornos de estos fondos han sido muy variados. La inversión directa en vino, por otro lado —es decir, comprando en subastas, plataformas online, o a los productores— ha sido más provechosa.

En el período 1990-2016 el índice Investable Wine tuvo un retorno anual nominal promedio de 8,70% (superior al 5,60% del 500). Durante los últimos cinco años, sin embargo, esta tendencia se ha revertido y el Liv-ex 100 ha tenido un desempeño un poco decepcionante, en tanto que el Burgundy 150 ha igualado al S£P 500. Dicho esto, en general, el vino ha tenido menos volatilidad que el mercado accionario. ¿Vale la pena entonces invertir en vino? Al igual que en el mercado bursátil, todo depende de lo que uno compre.

Hace algunos años le pregunté a un especulador muy conocido —después de leer el artículo de Burton y Jacobsen— qué opinión le merecía el vino, si había que tomárselo o invertir en él. A mí me gusta estar diversificado, me respondió, todos los años compro diez cajas de Bordeaux, cinco las guardo, cuatro me las tomo y una la regalo.
 

Autor: Arturo Cifuentes

Fuente: El Mercurio - Cuerpo B, Página 2.

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Macroeconomía

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Arturo Cifuentes

Ing. Civil, U. de Chile; Ph.D. en Mecánica Aplicada, Caltech; MBA en Finanzas, NYU https://arturocifuentes.com
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